Las deficiencias de la vitamina A en los loros se encuentran entre las condiciones de salud más comunes y fácilmente prevenibles. Desafortunadamente, a menudo no se reconoce, se vuelve más peligroso a medida que pasa el tiempo.
La hipovitaminosis A conduce a una respuesta inmune débil en los loros, haciéndolos vulnerables a la enfermedad.
Los niveles bajos de vitamina A (retinol) conducen a una mala salud ocular, angustia respiratoria, problemas de fertilidad, picos y garras de escamas e hiperqueratosis de los pies (piel anormalmente gruesa).
Los síntomas de una deficiencia de vitamina A (hipovitaminosis a) incluyen crecimientos llenos de pus alrededor de los ojos, piel dura y escamosa, plumas de aspecto opaco, renuencia a comer y beber, y problemas para respirar.
La hipovitaminosis A se puede prevenir fácilmente. El betacaroteno (carotenoides convertidos en vitamina A) se encuentra en muchas frutas y verduras, incluyendo batatas, zanahorias, espinacas, pimientos rojos, mango y albaricoques.
La vitamina A es un micronutriente y antioxidante soluble en grasas necesarios para el crecimiento y reparación de los tejidos. Si el cuerpo de un loro carece de vitamina A, será vulnerable a las infecciones y enfermedades fúngicas, bacterianas y virales.
Los loros requieren vitamina A para una buena vista, lo cual es esencial para identificar amenazas. La vitamina A también es necesaria para un sistema inmunitario saludable, piel, membranas de moco y huesos (esqueletos).
Los bajos niveles de vitamina A pueden conducir a una metaplasia escamosa. Esto reduce la eficacia del tracto gastrointestinal, orofaringe, senos, choana, tracto urogenital, tracto reproductivo y glándula urópica (preen).
Sin suficiente vitamina A, la piel se secará y pica. Esto puede conducir a la recolección de plumas en un intento equivocado de aliviar la fuente de irritación. A veces, las plumas nunca vuelven a crecer.
Si bien una deficiencia de vitamina A puede conducir directamente a la muerte prematura, los loros son más vulnerables a las infecciones secundarias que resultan en insuficiencia orgánica. Una consulta veterinaria es esencial.
La falta de vitamina A deja loros con baja función inmune. Esto deja los loros más en riesgo de infección y enfermedad, como la psitacosis (fiebre del loro), el avipoxvirus o la viruela aviar.
Los abscesos causados por las deficiencias de la vitamina A pueden distorsionar la glotis (la abertura a la tubería de viento de un loro), lo que hace que la respiración y la deglución de alimentos y agua sean más difíciles.
Los loros femeninos a veces desarrollan problemas reproductivos, lo que resulta en distocia (baja crianza y alta mortalidad por incubación.) También es común que los polluelos sobrevivientes sean débiles y bajo peso.
Vitamina A los salas contra los patógenos fúngicos. La desnutrición prolongada de la vitamina A insuficiente hace que los loros sean vulnerables a la aspergilosis por inhalar esporas de Aspergillus.
Las deficiencias de la vitamina A son causadas por una alimentación exigente y dietas inadecuadas. La dieta de un loro debe comprender un 50-70% de gránulos especialmente formulados, pero algunas aves encuentran el sabor bastante suave.
Los loros son quisquillosos con su comida, por lo que algunos propietarios les alimentan únicamente las semillas y las nueces que anhelan. Estos alimentos son deficientes en vitamina A y muchos otros nutrientes esenciales.
Los perturbadores (Melopsittacus undulatus) son particularmente susceptibles a la adicción a las semillas. Muchas otras especies encuentran irresistibles semillas, ignorando otros alimentos nutritivos. Esta dieta a menudo causa hipovitaminosis una.
Los signos y síntomas de la hipovitaminosis A pueden ser lentos para manifestarse.
Si le preocupa que un loro tenga una deficiencia de vitamina A, tenga en cuenta estas señales de advertencia:
Un veterinario puede hacerse análisis de sangre para evaluar los niveles de vitamina A. Verificarán el choana (la cavidad entre las cavidades orales y nasales) porque el pus o el moco significa que la hipovitaminosis A es más probable.
Ajustar la dieta de un loro para incluir más fuentes de vitamina A, potencialmente junto con la suplementación, eventualmente conducirá a la recuperación. Esto lleva tiempo, posiblemente hasta 3 meses.
Un veterinario tratará las afecciones causadas por la hipovitaminosis A, como la metaplasia escamosa y la aspergilosis. Cuando el loro regrese a su cuidado, siga el plan de dieta recomendado por el veterinario.
La dieta es crucial al abordar una deficiencia de retinol. Si un loro puede comer libremente, introduzca alimentos ricos en vitamina A en sus comidas diarias, reemplazando la mayoría de las semillas y nueces habituales.
Las frutas y verduras son las mejores fuentes de vitamina A. Éstas incluyen:
Las frutas y las verduras deben servirse crudas, ya que el calor (el proceso de cocción) reduce ligeramente la vitamina A. Además, evite agregar aceites y saborizantes de cocción, como la sal (sodio).
Puede agregar gotas de vitamina A al agua o en polvo molido a los alimentos.
Agregar un suplemento de retinol a los alimentos secos es ineficaz porque se hundirá en el fondo de un tazón e ignorará. Humedecer la comida antes de agregar un suplemento a base de polvo.
Un loro es mucho más probable para desarrollar hipervitaminosis A a partir de suplementos. Siempre consulte a un veterinario antes de realizar cambios dietéticos significativos o proporcionar suplementos de vitamina A a los loros.
Si bien nos hemos centrado en los riesgos de "hipovitaminosis A", también es posible que un loro obtenga demasiada vitamina A. Aunque es poco común, se llama "hipervitaminosis a."
Los signos de toxicidad de la vitamina A son una erupción cutánea, dolor y ternura alrededor del abdomen y vómitos.
Demasiada vitamina A puede conducir a la acumulación de calcio, especialmente alrededor de los riñones. La hipervitaminosis A puede dejar los loros en riesgo de insuficiencia renal irreversible. También puede dar lugar a lesiones en el hígado.
La vitamina A es un componente vital de la dieta aviar. Busque el asesoramiento de un veterinario para abordar los problemas de salud actuales del loro y aumentar su consumo de retinol para evitar una recurrencia.